Se acerca el otoño y con él volvemos a pasar más horas en casa y apetece preparar nuestro hogar para que esté acogedor y confortable. Una manera sencilla de dar un cambio a las estancias es sustituyendo las cortinas por un práctico panel japonés.
¿Qué es un panel japonés?
A menudo llamamos estor a todo lo que no es una cortina, sin embargo hay una importante diferencia. El estor se recoge o enrolla hacia arriba dejando toda la zona de la ventana descubierta, mientras que el panel japonés está formado por diferentes paños o cortinas que se desplazan de manera lateral y quedan a un lado de la ventana.
El origen de los paneles japoneses son los tradicionales “noren” de Japón. Son telas que cuelgan de techo a suelo en ventanas, puertas, paredes y que sirven también como separación de zonas.
El panel japonés puede contar con dos o más paños para cubrir todo tipos de espacios. Son cortinas lisas que circulan por rieles y se superponen unas a otras quedando recogidas en un lateral. Se pueden abrir a derecha e izquierda, dejando el espacio libre pero manteniendo su aporte decorativo y de calidez a la habitación.
Elegancia y versatilidad
Por su forma y funcionamiento los paneles japoneses resultan adecuados para habitaciones con ventanas y balconeras correderas y también para aquellos a los que no les guste instalar una tradicional mosquitera enrollable.
Se pueden realizar a medida en diferentes tipos de tejidos, más densos o más finos, en colores variados y lisos o con dibujos. Cualquiera que sea la elección el resultado es una protección para la ventana que ayuda a regular la entrada de luz a la vez que se convierte en un elemento decorativo que aporta elegancia.
Además, también se puede emplear como separador de ambientes, como un tipo biombo ligero que aporta un toque de originalidad al salón.
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