Ante la reforma de una vivienda, la sustitución de unas viejas ventanas por unas nuevas es un cambio esencial para conseguir mejor eficiencia energética y mayor confortabilidad. Entonces, ¿qué es mejor, ventanas de PVC o de aluminio?
No hay una única respuesta. Lo cierto es que los dos materiales son buenos y se puede lograr con ellos los objetivos propuestos. Para escoger uno u otro material lo mejor es conocer las características de cada uno de ellos.
Ventanas de aluminio
El aluminio es uno de los materiales más empleados en la carpintería de puertas y ventanas. El motivo es que es fuerte y resistente y garantiza unos perfiles de ventanas y balconeras de gran durabilidad.
Además de fuerte ante golpes y los movimientos propios del uso diario, el aluminio es resistente ante la climatología. Por ejemplo, la lluvia no le afecta y no se estropea y no se oxida. Y en cuanto a su mantenimiento, demanda escaso trabajo y pocos gastos. Para limpiarlo basta con un trapo húmedo y queda en perfecto estado.
El mayor inconveniente de las ventanas de aluminio es que al ser un material conductor, para garantizar un mayor aislamiento y confort interior hay que introducir el sistema de rotura de puente térmico.
Las ventajas e inconvenientes del PVC
Una de las ventajas del PVC es que es un material no conductor. Lo que quiere decir que va a contribuir de manera notable al óptimo aislamiento. Si además se incorpora un acristalamiento de calidad, se puede conseguir hasta un 65 o 70% de ahorro energético.
Otro de los aspectos positivos del PVC es que es un material 100% reciclable y que está libre de metales pesados como el plomo.
Uno de los contras que se suele achacar a las ventanas de PVC es que, en el caso de las ventanas blancas, el color puede amarillear con el paso de los años. Pero las técnicas y tratamientos actuales ya combaten esto y aseguran la durabilidad del color.
Entonces, ¿qué es mejor, ventanas de PVC o aluminio?
Como has podido comprobar ambos materiales tienen sus ventajas y desventajas y lo cierto es que cualquiera de los dos es perfectamente válido para dar a una casa más aislamiento y mejorar la eficiencia energética y, por tanto, reducir los gastos.
En calidades similares y con parecidas prestaciones una ventana de PVC puede resultar más barata, mientras que una de aluminio simple y sin rotura de puente térmico puede ser más barata.