Si hay un tipo de ventana que prevalece entre los demás, ese es la ventana de aluminio blanco. La combinación de aluminio y color blanco gana por su versatilidad y funcionalidad que la hacen ideal para cualquier entorno, ya sea una vivienda de ciudad, de campo, unas oficinas o un local comercial.
Principales ventajas de escoger una ventana de aluminio blanco
Los motivos que han llevado a esta combinación a ser la reina de las obras nuevas y reformas son muchos. Entre ellos destacan los relacionados con el material. El aluminio destaca principalmente por dos de sus características: la dureza y la ligereza.
Por un lado es un material de gran resistencia. Es fuerte y permite hacer diseños de cualquier tamaño e incluso estructuras arriesgadas sin comprometer la seguridad y firmeza de la estructura.
Además, resiste los golpes y el trasiego diario sin problemas, al igual que todas las inclemencias del tiempo, ya sea sol, lluvia o fuertes rachas de viento.
Otro valor añadido es su escaso mantenimiento. Al no oxidarse, casi no precisa trabajos de mantenimiento y se limpia muy fácilmente, basta con un paño húmedo para que luzca como el primer día.
Un color que siempre queda bien
En cuanto al color, hay que destacar que el blanco es un tono neutro que queda bien en todos los entornos. Una ventana de aluminio blanca encaja en viviendas nuevas o reformadas contribuyendo a dar luminosidad y sensación de amplitud a la estancia.
Encaja en interiorismos minimalistas de estilo nórdico o moderno, pero también en cualquier tipo de estancia o local con otro estilo.
Variedad en sistema de apertura
La ventana de aluminio blanco se puede realizar en diferentes sistemas de apertura. Los más habituales son el sistema corredero y el oscilobatiente, pero también se pueden hacer ventanas plegables, elevables, de guillotina o pivotantes.
Para cualquier tipo de ventana de aluminio blanca que quieras encargar, cuenta con Alvamatic, somos especialistas en carpintería de aluminio. Cuéntanos qué necesitas y cómo lo quieres y lo hacemos para ti.